Material noble por excelencia, el mármol se utiliza ampliamente para suelos, paredes y decoración.
Apreciado por sus numerosas cualidades, es sin embargo un material caro que requiere una atención especial en lo que se refiere a su mantenimiento.
El mármol es una piedra natural muy utilizada en la construcción desde hace siglos.
Roca metamórfica derivada de la caliza, está compuesta por granos cristalizados de calcita y dolomita.
Material noble por excelencia, el mármol se utiliza principalmente para revestimientos de suelos y paredes, pero también para elementos decorativos como estanterías, lavabos y encimeras de muebles.
Dependiendo del uso que le vaya a dar, tendrá que tratar el mármol para protegerlo de diversas agresiones externas.
Indirectamente los suelos de mármol aportan eficiencia energética al hogar.
El mármol es un material muy popular porque tiene muchas ventajas en el uso cotidiano.
Es muy duro, resiste el paso del tiempo e incluso tiene tendencia a desarrollar una pátina, que acentúa aún más su aspecto liso y brillante.
Muy fácil de pulir, el mármol se presenta en distintos acabados: brillante, envejecido o patinado.
A pesar de todas estas cualidades, el mármol sigue siendo un material frágil porque es sensible al agua y a los golpes.
Por ello, debe protegerse con un tratamiento hidrófugo cada año, un tratamiento de sellado para evitar las infiltraciones y un tratamiento antimanchas.
También debe tener en cuenta que el mármol se considera un material caro.
Cuesta entre 45 y 250 euros por metro cuadrado.
Como material sensible a las manchas y al agua, el mármol requiere un cuidado y mantenimiento especiales.
Para empezar, evita utilizar productos demasiado ácidos para limpiarla, ya que podrían hacer que se volviera blanca.
Así que despídete del vinagre, el limón y productos químicos como la lejía, por ejemplo.
Para el mantenimiento diario, utilice una escoba de microfibra o una esponja humedecida con un poco de jabón de Marsella o un poco de jabón negro.
Para darle brillo, puedes aplicar un poco de glicerina o aceite de linaza.
Cuando los suelos estén muy sucios, prepara una mezcla a base de cristales de sosa (una taza de cristales por un litro de agua caliente) y si quieres quitar una mancha, mezcla 1/3 de bicarbonato con 2/3 de piedra pómez en polvo.
Siguiendo estas recomendaciones, su suelo de mármol conservará su aspecto original e incluso tenderá a embellecerse con el paso del tiempo.