El terrazo o granito es un revestimiento de suelo resistente y duradero con un aspecto auténtico. Originario de Italia, el terrazo ha tenido su momento de gloria y hoy en día se pueden encontrar suelos de terrazo en toda Europa.
Es un trabajo artesanal que requiere habilidad.
Un suelo de terrazo es un pavimento de unos 15 mm de grosor, hecho de una mezcla de fragmentos de mármol coloreado, cemento y otros aglutinantes.
Una vez colocado, se pule para crear un aspecto brillante y moteado.
El terrazo tiene su origen en Italia, concretamente en la región de Venecia.
Se remonta a la antigüedad y ahora vuelve a estar de moda.
Puede ver este tipo de suelo en museos, tiendas, restaurantes, pero también en casas contemporáneas.
El terrazo puede aplicarse según sus preferencias.
Por ejemplo, puede elegir una mezcla de diferentes colores de mármol, así como otros materiales como el cristal.
Mezclando estos materiales se pueden crear combinaciones únicas de colores y formas.
Esto significa que el terrazo puede utilizarse tanto en interiores clásicos como modernos.
El color del cemento también puede personalizarse.
Para suelos con un aspecto especialmente detallado (por ejemplo, mosaico), la instalación puede llevar varios días o incluso una semana entera.
El precio del terrazo depende de varios factores, como el estado del soporte, el acabado elegido y si el suelo es accesible en planta baja o piso.
Colocar el suelo lleva mucho tiempo, al igual que el acabado.
El precio puede subir rápidamente de 250 a 300 euros/m².
La instalación del terrazo consta de cuatro pasos:
Generalmente se opta por una solera fina (30 mm) que se coloca sobre el sustrato o suelo existente, posiblemente una solera reforzada para evitar grietas en el suelo.
El terrazo se coloca en forma de mortero, formando una capa de unos 15 mm de espesor sobre este sustrato.
Los fragmentos de mármol del suelo se comprimen y se presionan entre sí.
El cemento que sobresale se retira limpiamente.
Tras una media de tres días de secado, se pule el suelo.
Esto se hace de diferentes maneras: el pulido con diamante y con agua confieren al terrazo su aspecto característico.
A continuación, para conseguir un brillo óptimo, el suelo debe tratarse con jabón y, por último, con una cera natural, que puede realizar el cliente.
Suelo único y estético, lleno de carácter.
Resistente al desgaste.
Fácil de mantener y limpiar.
Sensible a la dilatación y contracción (riesgo de grietas).
Trabajo intensivo de varios días.
Coste elevado.